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ESTRES OXIDATIVO      Introducción

Radicales libres, ¿qué son?

Los radicales libres son unas pequeñas moléculas oxigenadas que poseen un electrón libre. Se producen en pequeña cantidad por las mitocondrias, son muy reactivas y resultan nocivas si se producen en exceso o si los sistemas de defensa son insuficientemente activos.

 

Efectos negativos de los radicales libres:

  • Desnaturalización de las proteínas y de los enzimas.
     
  • Desnaturalización de los ácidos nucleicos (ADN y ARN), lo que produce alteración de la síntesis de proteínas.
     
  • Deterioro del colágeno y de la elastina, lo que favorece la aparición de fibrosis y esclerosis, relacionado con el envejecimiento.
     
  • Agresión de la lípidos de la membrana celular, lo que favorece la liberación de prostaglandinas (PGE2) y leucotrienos (LT4), implicados en fenómenos inflamatorios y alergias.

Síntomas relacionados con exceso de estrés oxidativo

Las alteraciones clínicas que pueden aparecer con el exceso de radicales libres están todas relacionadas con el envejecimiento, trastornos inflamatorios, degenerativos, cardiovasculares, articulares...

¿Por qué se acumulan los radicales libres?

     - Por un exceso de producción: Ingesta de tóxicos químicos o farmacológicos, exposiciones intensas al sol, exceso de radiaciones ionizantes (Rx, radioactividad...), el estrés producido por el deporte, el sobreesfuerzo o la ansiedad, isquemia, reacciones inflamatorias, procesos degenerativos crónicos...
      - Por un déficit en su eliminación por alteración de los sistemas de protección:
Protección endógena: Las enzimas encargadas de inactivar los radicales libres (superoxidodismutasa y glutatión peroxidasa) o los oligoelementos (zinc, selenio, cobre y manganeso) encargados de catalizar la acción de esos enzimas, pueden estar alterados. Toda carencia producida por malnutrición, acidificación, acumulación de metales pesados, disbiosis intestinales... se traduce en una disminución de la eficacia de este sistema de protección.
Protección exógena: La ingesta de antioxidantes (vitaminas A, C, y E, beta caroteno... y oligoelementos: zinc, selenio, cobre y manganeso) necesita ser suficiente, adaptada y eficaz para evitar la acumulación de radicales libres.

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