PRIMER CONTACTO
Los médicos deben informar a sus pacientes de los resultados reales de los tratamientos para no crear falsas expectativas.
En la primera visita médica se realiza una historia clínica completa que comienza con un interrogatorio, haciendo hincapié en los factores que pueden tener una influencia más directa en la imagen del paciente y relación con el objeto de consulta. Después se hace una exploración para identificar el problema y plantear las posibilidades terapéuticas.
En algunos casos, el médico especialista podría solicitar alguna prueba complementaria (analítica o radiografía) para confirmar alguna sospecha, ver estructuras óseas, establecer relaciones anatómicas o simplemente descartar alguna carencia.
Cuando el paciente se dirige al médico para que el profesional diagnostique y determine cuál es el tratamiento que se debe hacer, es frecuente que la perfección subjetiva del paciente no coincida con el criterio objetivo del médico. Por este motivo siempre se recomienda que la primera visita sea un intercambio de opiniones, y entre los dos se llegue a un acuerdo y se decida cuál será el procedimiento a realizar.
Una vez determinado éste, hay que programar los tratamientos a realizar, número de sesiones, intervalo entre las mismas, así como información completa de los materiales y aparatos que se van a utilizar y las posibles complicaciones y efectos secundarios. Esta información se plasma en el consentimiento informado que deberá firmarse antes de realizar cualquier procedimiento. Este documento confirma que la información facilitada por el médico ha sido comprendida por el paciente y está de acuerdo en realizar el tratamiento.